La especie humana, como el resto de las especies vivas, ha
surgido de la evolución, pero es la única con capacidad de ser consciente de
ello y de poder controlarla de cara al futuro. Así, aunque la evolución sigue
su curso, la intervención de los humanos en ella se está acelerando de forma
tal, que está poniendo en grave riesgo el equilibrio ecológico y la propia
supervivencia de los humanos. Las nuevas
tecnologías están incidiendo de una forma tan amplia y profundamente el mundo
de la vida y en el ámbito humano, que nos estamos enfrentando ya, y en mayor
medida en un futuro no muy lejano, a decisiones de tal calado social y ético
que apenas somos conscientes de ello, así como de sus radicales consecuencias.
La intervención de los humanos sobre la naturaleza y sobre sí
mismo para introducir mejoras viene de muy lejos, las extraordinarias
capacidades que la tecnociencia posee, en la actualidad hacen que nos situemos
en una época cualitativamente nueva. La utilización de la técnica ha sido una
constante en la historia de los humanos.
Estas nuevas y
potentes tecnologías están, sin duda, suponiendo grandes avances y aportando
decisivos beneficios en el terreno de la medicina, la botánica, la zoología y
otras ciencias aplicadas a la agricultura y la ganadería. Pero también se está
incurriendo en importantes riesgos cuyas consecuencias no podemos determinar de
antemano. La moderna biotecnología, está aplicándose a producir organismos
genéticamente modificados, u organismos transgénicos, esto es, organismos vivos
cuyo genoma se ha modificado a través de ingeniería genética. Se trata de
introducir en un organismo un nuevo gen, con objeto de dotar a dicho organismo
de la nueva propiedad vehiculada por ese transgén, aportándole grandes
ventajas, pero sin estar exentas estas prácticas, de riesgos y consecuencias
negativas.
En conclusión dentro de unos cuentos años la biotecnología será
la solución a un montón de problemas como la muerte y muchísimos más.
Un post muy bien redactado. Me gusta mucho lo que se dice en el primer párrafo. A veces se va tan rápido que no nos paramos a asimilar las consecuencias.
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